CAPITOLIO NACIONAL DE CUBA

Capitolio Nacional de Cuba
Capitolio Nacional de Cuba. Símbolo notable de la ciudad de La Habana y una de las grandes edificaciones de Cuba. De gran riqueza arquitectónica, suntuosamente ornamentado, de líneas puras y bellas proporciones. En toda la confección del edificio se emplearon materiales de excelente calidad, tales como: mármoles italianos, los detalles en paredes, techos, puertas y lámparas, la mayoría se fundieron en Francia. El Capitolio es admirado tanto por nativos, como extranjeros. Fue declarado Monumento Nacional por la Resolución 04 del 15 de noviembre del 2010. En la actualidad esta majestuosa obra está siendo objeto de una importante restauración a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

Historia
El Estado cubano adquirió los terrenos de la antigua estación de Villanueva y se propuso inicialmente edificar en él un palacio presidencial. El presidente José Miguel Gómez dictó un decreto creando la comisión que redactaría las bases del concurso internacional para seleccionar el diseño de la casa de gobierno.

Primer proyecto
El 7 de agosto de 1911 se informó que el proyecto ganador había sido presentado con el nombre de La República. La edificación tendría 100 metros de frente por 70 de fondo y el presupuesto alcanzaba la cifra de 1 200 000 pesos.

Las obras siguieron su curso hasta el gobierno de Mario García Menocal, quien aprobó una ley el 2 de julio de 1914, derogando las disposiciones anteriores y disponiendo la construcción del Palacio de los Congresos en los terrenos de la estación de Villanueva, para lo cual se concedía un crédito de 1 00 000 de pesos a razón de 200 000 pesos anuales y se indemnizaba a los contratistas con 70 000 pesos.

Capitolio Nacional de Cuba

El negociado de construcciones civiles y militares de la Secretaria de Obras Públicas estudió las modificaciones de los planos y la adaptación de lo ya realizado, encargándose la edificación del Palacio de los Congresos a los arquitectos cubanos Félix Cabarrocas y Mario Romañach.

Segundo proyecto
Cabarrocas tomó como paradigma un edificio de estilo renacimiento francés, transformando completamente el proyecto original. Asimismo le adicionó dos hemiciclos, uno para la Cámara de Representantes de la República de Cuba y otro para el Senado, y cambió el estilo de la cúpula, que ya se había comenzado a construir, por uno de sección cuadrada. Mientras él se dedicaba a las fachadas y las plantas, Romañach se dedicó a las elevaciones interiores.

El 4 de noviembre de 1914 fue encomendada la continuación de las obras a la sociedad constructora La Nacional. En esos momentos el presupuesto ascendía a 2 008 390 pesos. El nuevo proyecto cubría una superficie de 140 metros de frente por 75 de fondo.

Los trabajos continuaron sin interrupción hasta abril de 1919, cuando Mario García Menocal los paralizó como consecuencia del aumento de su costo por parte de los contratistas. En realidad, las adaptaciones obligaron a eliminar casi la mitad de lo construido y esto encareció la obra.

Capitolio Nacional de CubaEn 1921, los trabajos estaban bastante adelantados, pero un decreto del presidente Alfredo Zayas del 21 de octubre paralizó los trabajos. La grave crisis económica del país impedía continuar con los trabajos.

El terreno fue arrendado a una compañía particular para que instalara allí el Havana Park, un parque de diversiones que tenía hasta una montaña rusa. Con el tiempo desaparecieron todos los instrumentos de los contratistas y lo edificado se fue deteriorando.

Tercer proyecto
El doctor Carlos Miguel de Céspedes, secretario de Obras Públicas encargó un nuevo proyecto a los arquitectos cubanos Evelio Govantes y Félix Cabarrocas. Una vez constituida la comisión que redactaría el estado de dimensiones y el pliego de condiciones para la subasta de las obras, mediante Decreto presidencial se dispuso la subasta de la construcción del Capitolio, la que fue ganada por la Compañía Purdy and Henderson, casa de gran prestigio y solvencia. En su haber tenía la construcción de la Lonja del Comercio, los palacios de los centros Gallego y Asturiano, la Metropolitana, la escalinata de la Universidad y el edificio del banco Gómez Mena, entre otros inmuebles capitalinos.

Capitolio Nacional de Cuba
Al tomar el proyecto del Capitolio introdujo algunos cambios, siendo el más significativo el de la cúpula, que la hizo más esbelta y monumental. La demolición de lo ya existente se ejecutó en 35 meses.

La obra se reinició el primero de abril de 1926, en un terreno de más de 43 000 m². Participaron en la construcción ocho mil hombres, españoles en su gran mayoría, cubanos y de otras nacionalidades. En el país no existía fuerza de trabajo suficiente para acometer una obra de cantería de tal magnitud y especialidad, ni las herramientas idóneas, ni máquinas capaces de moldear las piedras de capellanía, de dureza y compatibilidad semejante al mármol. Fueron instaladas nueve sierras con hojas de dientes desmontables y sembrados de diamantes, que seccionaban los cantos cuadrándolos a las medidas más aproximadas para llevar al mínimo el desbaste a ejecutar por los canteros. Después de ser rebajadas al máximo por las máquinas las piedras de capellanía que conformarían el edificio, los constructores utilizaban herramientas accionadas por aire comprimido, para dar el acabado con lima y piedra pómez con el fin de alisar las superficies a exponer.

La manipulación de los cantos se perfeccionó mecánicamente de tal modo que los bloques, muchos de los cuales pesaban hasta nueve toneladas, eran montados en planchas de ferrocarril en las canteras y trasladados a la obra, donde se recibían, medían y aceptaban. Luego una grúa potente con capacidad para 15 toneladas era la encargada de descargar y alinear las piedras en caso de que no fueran a utilizarse inmediatamente. El toque humano le daba el acabado necesario.

Capitolio Nacional de CubaLas lámparas de bronce, los capiteles y las columnas del Salón de los Pasos Perdidosfueron encargados a Sunnier Duval Frisquet, de Londres. Las lámparas del salón de la presidencia del Senado y las de cuarenta bombillas de la Cámara de Representantes, todas de bronce laminado con oro viejo y cristales dorados con oro al mercurio, se hicieron en la Societé Anonime Bague, de París. Los mármoles que adornan el Salón de los Pasos Perdidos, el Senado y las escaleras de honor son de sesenta calidades diferentes. Se cubrieron con ellos 8 000 m2 de pisos, 2 000 m2 de escaleras y 1 000 m2 de zócalos, así como 300 m3 de ónix. Todos los mármoles fueron traídos de Italia, incluido en antico verde.

La base de la estatua que simboliza la República está hecha de ónix egipcio antiguo. El bloque macizo, de formación estalactítica muy rara, pesa 300 quintales.

Capitolio Nacional de CubaEn el salón de conferencias del Senado hay un zócalo de mármol verde de los Alpes, con comisa de ónix dorado de Marruecos. Las pilastras son de mármol cipollino dorado oxidado. Los herrajes fueron encargados a la Yale de Standford, en Connecticut, Estados Unidos, que también confeccionó las cerraduras de estilo renacimiento italiano de la planta principal. Las oficinas de los secretarios de la Cámara de Representantes y el Senado las tienen estilo Jorge V, en tanto las de la Cámara son estilo imperio. Todas de bronce fundido con acabado de bronce antiguo.



De Cuba se utilizaron cinco millones de ladrillos, 150 mil bolsas de cemento, 3 500 000 pies de madera, 38 000 metros cúbicos de arena, 3 500 toneladas de acero natural, 2 000 toneladas de cabillas y 40 000 m3 de piedra picada.

No hay comentarios :

Publicar un comentario